¿Te ha pasado cuando… tienes planes en donde están involucrados tus sueños pero son como obstaculizados por detalles que tienes miedo a que se salgan de control e impidan que esos planes (sueños) se cumplan?
Y cuando te pasa esto acudes a Dios para que te ayude pero hay una voz a tu alrededor que te dice: -“No confíes en Dios, a él no le importan tus sueños”-
Y cuando te pasa esto acudes a Dios para que te ayude pero hay una voz a tu alrededor que te dice: -“No confíes en Dios, a él no le importan tus sueños”-
Déjame hacerte una pregunta ¿En qué silla te gustaría sentarte un día común?a) ¿En una silla fría y dura de hospital?
b) ¿En una siila acolchonada frente a una batería y un pequeño público?
Creo que todos elegiríamos el inciso b), a menos que no seas de este planeta…(en parentesis te quiero decir que desde pequeña me ha gustado ese instrumento escandaloso, y he soñado con tocar en una banda de rock, jaja qué ironía)
Aquí voy…
“Señor te pedimos que el día de mañana tomes el control de la vida de esta mujer, que la cuides y estés junto a ella todo el tiempo en el que ella permanezca en esa cama fría y solo con una sábana, recibiendo a través de un catéter incrustado en su brazo izquierdo sustancias químicas y tóxicas para eliminar completamente las células infectadas por el cáncer, protégela y acompáñala en el nombre poderoso de Jesús Amén…”
Esa es la oración que hacíamos como familia una noche antes antes de la quimioterapia de mamá.
“Señor que se haga tu voluntad en todo tiempo, pase lo que pase quiero agradecerte por el momento que me permitas experimentar y en la silla que tu deseas que me siente, te glorifícaré, aunque sabes cual es el anhelo de mi corazón, se que todo nos ayuda para bien y que estás siempre al pendiente de tus hijos, Gracias Papá TE AMO. Amén”
Esa es la oración que hacia antes de mi participación en la batería exactamente un día después de la quimioterapia de mamá.
Me imagino que en algún momento de tu vida, has pensado ¿Porqué me pasa esto a mi? Dirigiendo esta pregunta al aire pero teniendo en la cabeza a Dios. Y si nunca lo has pensado o dicho, amm… ¡Te felicito!. Eso pensaría gente común que no conoce de cerca a Dios, inclusive hay cristianos que aún hacen esta interrogante, aunque siempre les digan en la iglesia: -“Hermanos… Cuando estén en problemas no le pregunten a Dios… ¿Porqué me pasa esto? sino; ¿Para qué?, osea qué quieres que aprenda de ello”- (bueno algo asi va). Sin embargo los verdaderos cristianos tienen en mente que todo les ayuda para bien, aunque sufran tribulaciones, angustias, y muchos problemas de todo tipo.
Y asi se encontraba #bkt aquellos días previos a la quimioterapia de mamá y un día después se encontraría en una presentación. No te negaré que tuve miedo por las expectativas de mi alrededor como la del médico oncólogo que aplicaría aquella sustancia a mamá diciendo: -“Esto parte es la más difícil para los pacientes con cáncer (refiriéndose a las quimioterapias), solo no la descuiden y cualquier malestar ya sea vómito, diarrea, mareos entre otras cosas no demoren en llevarla a urgencias”-
Eso entre otras cosas más nos predijo aquel hombre con muchos años de experiencia en esta rama de la medicina, quedándome yo asustada y preguntándome…¿y si mamá se siente mal al día siguiente se pone mal y tengamos que ir a urgencias y me encuentre sentada en una fría y dura silla de hospital en lugar de la acolchonada frente a una batería?
¿Cuánta probabilidad hay que ocurra uno de esos dos casos?, la estadística médica dice que un 90%, eso me daba miedo pero llegó la esperanza a mi vida, aquella persona que rompe toda estadística con su poder, claro quien más que Dios.
Asi que charlé con Dios:
-Tu lo sabes todo, sabes que es lo que me da miedo, sabes las estadísticas de los médicos y sabes que es lo que me gustaría que pasara. A ti no se te escapan los anhelos de nuestro corazón, nuestros sueños, ayúdame no me abandones en la tribulación, nunca me dejes, de todos modos pase lo que pase aprenderé de ello para seguir… de todos modos yo te voy a bendecir por ese momento y te daré gracias.-
-Tu lo sabes todo, sabes que es lo que me da miedo, sabes las estadísticas de los médicos y sabes que es lo que me gustaría que pasara. A ti no se te escapan los anhelos de nuestro corazón, nuestros sueños, ayúdame no me abandones en la tribulación, nunca me dejes, de todos modos pase lo que pase aprenderé de ello para seguir… de todos modos yo te voy a bendecir por ese momento y te daré gracias.-
Al día siguiente mamá regreso a casa, cansada y un poco débil, la recibimos con mucho afecto y ánimo dando gracias a Dios por verla bien, aunque por dentro tenía un poco de miedo al escuchar mencionar de mi hermano quien la acompaño:-“Dijo el doctor que en 4 días hará efecto el medicamento suministrado”- ¡Ops qué pasará!... Así que decidí no hacer caso de ello y confiar en quien tiene cuidado de mi pase lo que pase.
Esa oración me costo mucho, y me dolia en el corazón porque se como todo humano cual silla preferir, pero ese es mi Dios que me sorprende, nunca se olvida de tus sueños, no los toma como insignificantes o lo visualices en un escritorio sentado que al momento de que un ángel le pase la hoja en donde escribiste tus sueños al instante tome la hoja la haga bolita y la arroje anotando dentro de un cesto de basura con una risa malefíca, ¡No así no es él! sino que él tiene siempre presentes tus sueños en sus planes, déjame decirte que eres lo más especial para él…
Y sabes en donde me senté un día después de la quimioterapia de mamá???
En una silla fría… sí…. frente una batería tocando ante no muchas personas, claro que lo que no me gusto fueron los nervios que atrofiaron la coordinación de mis miembros provocando unas no muy notorias equivocaciones pero eso es otra historia…
A Dios no se le escapa nada, confía en él siempre y pase lo que pase agradece y bendícelo en cualquier silla en la que te sientes…
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón
Jeremías 29:11-13