sábado, 16 de junio de 2012

Los Zapatos que nadie quiere usar



      "Nobody Said It Was Easy" una antaña canción de Coldplay que tiene mucho sentido en esas escenas difíciles de la vida. Nadie dijo que la vida sería fácil, nadie dijo que nada nos costaría, esto no es ninguna novedad, a lo largo de los años tu mismo te has dado cuenta de ello, cuando atraviesas por un inmenso mar en un diminuto bote, cuando lagrimas no dejan de cesar en momentos de desolación… Ahí está la frase: -“Nadie dijo que sería fácil”-

     Todas las personas  tenemos la idea de que en la vida nada tiene porque salirse de control, el ir todos los días al trabajo o a la escuela, el tener una casa donde vivir, comida en la mesa, el ver a mamá preparar el rico almuerzo, el poder  regresar a casa para  cenar, el estar sano. Decimos: -¿Por qué algo tendría que salir mal?  
     Nos evitamos la molestia de pensar por algún momento en estar en los zapatos de aquella persona que duerme todas las frias noches en una dura y oxidada banca de un parque, del anciano desechado por su familia con la mirada triste pidiendo una moneda para sobrevivir sus pocos años que le restan, de personas sin esperanzas con una extraña enfermedad incurable, de un chico que por accidente su vida dió un cambio rotundo a tal grado de quedar ciego . ¿Porqué tendría que pasarme algo así?- Decimos,  ¿por qué tendría que estar yo dentro de algún rango estadístico sobre enfermedades, vicios o desempleo? Seguramente no quisieras ponerte ninguno de esos zapatos pero… ¿Quién decide a quien repartir estos zapatos? ¿De qué depende que algo pueda salir mal en nuestra vida?

     Obvio que ni siquiera pensaba  en ninguna marca de zapatos en particular cuando era niña. Luego de salir del colegio jugaba a peinar a mis muñecas imaginando que era una famosa estilista (quién iba a decirlo). –Ya vénganse a comer chamacos –decía mamá-  Solíamos ver el noticiero mientras charlábamos por largas horas.  Papa llegaba noche a causa de su trabajo. Mis hermanos  resolviendo tarea de álgebra ,  mi hermanito y yo nos ocupábamos peleando por el control del televisor y  Mamá entretenida en su vieja máquina de coser con un sonido tan peculiar…¡chucu chucu chucu! que provocaba subir el volumen.

     No tenia porque pensar en que algún día no vería a alguien de mi familia, ¿Por qué iba a pasar algo así?, ese tipo de cosas solo pasan en las novelas, a algún vecino, a algún familiar lejano  pero… ¿a mí?.  Somos una familia al parecer normal nada tenía porque salirse de control, la vida no tiene porque darme unos zapatos que no quiero.  ¿Qué ironía no?  (Seguramente conoces un poco de mi historia y si no te invito a leer las entradas anteriores de este blog.)
     ¿Recuerdan a mamá, la persona que he mencionado en entradas anteriores?, ¿recuerdan que les contaba anécdotas cerca de su valentía al seguir de pié después de enfrentar las fuertes quimioterapias?, ¿a quién me hacia aprender lecciones nuevas cada vez que ocupaba un lugar  en una silla fría  de urgencias?, ¿a quien los doctores le daban falsas esperanzas de vida y que sorpresivamente  abría los ojos al día siguiente?, ¿a quién me hacía voltear todos los días al cielo en busca de aquel cuya presencia me alentaba?. ¿A quien me preparaba el desayuno cuando se me hacia tarde para llegar al colegio?, ¿a quien me arropaba dándome un beso en la frente antes de dormir, ¿a quien me decía –ya vete a dormir --Todo el día en la computadora, mañana te paras temprano y terminas tu tarea?.  Y lo más importante, ¿a quién a través de su vida me hizo conocer a Dios e incrementar más mi amor por él?

     Mamá ya no está, mamá partió de este mundo, simplemente se fué, pero… esperen se supone que ya tenía un par de zapatos, mamá estaba enferma  ¡No quiero otros zapatos, devuélvanlos! ¿Por qué nadie me aviso que iba a pasar esto?, todo iba bien, todo estaba bajo control, ¿porque me lo ocultaron?, porque si siempre mamá  lograba salir con vida del hospital después de largas horas clamando al Dios sanador, esta  vez ¿no?. ¿Cómo se asimila esto?, que se supone que debo hacer?¿Reclamar a los médicos?,  ¿Voltear al cielo?...¡Dios no quiero estos zapatos!

     Mamá una vez mas se encontraba  en urgencias, en un hospital diferente al común, claro, mamá ya había estado en muchos y por ende ya nos conocían. Aquella noche la cuidarían dos familiares, horas antes yo vi a mama quizá grave, pero dije: --Una vez más vas a salir de esta mami-- no sabía que con esas palabras me despediría de ella apretando fuertemente su mano.


     Una noche más no conciliaba el sueño, preocupación y angustia rodeaban en mi cabeza, me recoste, giraba sobre la cama durante horas, escuchaba el tic tac del reloj, pero no presentía nada, todo pintaba normal, una noche más en la  que mamá no dormía junto a nosotros.  Es entonces cuando suena el teléfono, Contesta tu--dijeron mis hermanos—(dormíamos en la misma habitación en casa de un pariente).  Yo no tenía miedo de recibir malas noticias antes siempre las recibía, no tenía porque asustarme el que me dijeran, “Tu mamá está muy grave, no responde al medicamento, le tienen  que colocar un ventilador artificial en sus pulmones” porque yo simplemente   creía lo contrario. Pero esta ocasión fue anormal.

      No lo recuerdo bien pero fué asi: –Hija, tu mami… tu mami ya partió-- ¿Qué?—Decía mientras mi corazón aumentaba su ritmo cardiaco, mi piel erizada, mis pupilas comenzaban a dilatarse,  un gesto en mi rostro difícil de explicar pero que ya te lo imaginas.  Siempre trataba de evitar el hecho de pensar que algún día podría alguien decirme una noticia así, un golpe en el corazón.

     Recargue mi cabeza sobre mis manos, no sentía nada, todo era vacío, veía a todos llorando pero de mis ojos no salía nada, -No puede ser- reclamaba  en mi mente…No entiendo. ¿Dios qué pasa?, ¿qué está pasando?.... íbamos camino al hospital aquella madrugada, todos completamente en shock en dirección al oriente hacia donde se supone sale el sol, pero era imposible mirar algún destello de luz a esa hora (3:00am aprox) quería ver el amanecer, quería creer que solo fue un susto, un sueño, una pesadilla, pero no.
     Aún mantengo frescos aquellos recuerdos en mi cabeza mientras cuidaba de mamá en diversas ocasiones, por el turno de las noches esperaba siempre el amanecer, cuando el radiante sol comenzaba a calentar mi frio cuerpo entrando por las persianas de aquel hospital diciéndome- “¡Hey! Ya es de día, levántate hay nuevas oportunidades, hay mucho qué hacer antes de que me oculte” hay mucho tiempo para creer una vez más, y mientras  sonreía me acercaba al lavabo para enjuagar mi cara e intentar disimular las ojeras que pintaban mi cara y acercarme a la cama de mamá para abrazarla, sentir su calor y escuchar su corazón latiendo una vez más.

       Dios, no sé cómo vivir este momento no sé que se supone que debo hacer, ¿Qué debo decir?, no puedo fingir esta vez fortaleza,  ¿Qué es esto que siento dentro de mí? ¿Gritar que es injusto?, ¿qué me has abandonado?, reclamarte a ti?... tampoco puedo, no me nace porque a lo largo de todo me has demostrado lo contrario, aquellos bellos momentos en los que aprendí a mirarte con el corazón,  te podía sentir acompañándome camino al hospital, cuando me abrazabas las noches que te decía que ya no podía más,  podía sentir tu mirada cuando estudiaba a un lado de la cama de mamá para algún examen, cuando hurgaba mi bolcillo sin hallar ninguna moneda para el transporte o para comprar algo para saciar el hueco de mi estomago.  No puedo decir que fue tu culpa con sentimiento de rencor, simplemente no puedo.




     Mamá ya no se encontraba en aquel hospital, solo proseguía hacernos cargo del cadáver… ¿Cadáver?, que palabra tan horrible, aún seguía sin familiarizarme con esos términos, antes solo era, estado de coma, inconsciente, muy grave, solo eso cadáver no. Noche eterna donde no podía ver el amanecer, ¿Dónde estas sol?—me preguntaba--,  ¿porque te escondes sabiendo que tu luz podría amenizar ese momento?, la oscuridad de la madrugada no me alienta. El sabor amargo de ese momento aún lo siento en mi boca.

     Mientras seguía sin aceptar que era cierto y no un sueño lo que pasaba llego por fin ese esplendor de luz en el cielo, inigualable cielo rosado, delgadas nubes por todas partes, el aire que respiraba no era el mismo, el ruido de automóviles comenzaba a intensificarse, la gente deambulaba por las aceras, ¡Deténganse!, ¿Qué no entienden? Mamá murió, ¿porqué caminan como si nada hubiese pasado?  ¡Era ella, mi mamá ya no está aquí por favor deténganse!. Creía que todo a mi alrededor debía de paralizarse y unirse a mi momento doloroso pero no, el segundero seguía su curso, los semáforos marcaban el verde, el sol hacia su mismo recorrido.

     No tenía fuerzas, no tenía hámbre, solo esperaba a que mis hermanos arreglaran los tramites que nunca desearía hacer, sentada en el automóvil, con los parpados rojizos, mirando por la ventanilla a las personas, cada uno con zapatos diferentes, nadie traía mis zapatos (bueno al menos eso pensaba), por  un momento cerré mis ojos y los recuerdos nuevamente se transformaban en lagrimas. Esperar era lo único que hacía.

     No sé si recuerdan esas películas de ciencia ficción donde el clímax es una guerra entre buenos y malos, y donde siempre hay un momento en el que el protagonista con la mitad de armadura puesta se encuentra al borde de perder la batalla y de la nada sale un ejército en su ayuda dándole nuevas fuerzas y obtienen la victoria ¿A qué viene esto blankatania?. Algo así me sentía en ese momento como un soldadito a punto de rendirse, sin fuerzas, con ganas de dejarme caer…pero dije, alguien tiene que ayudarme a luchar contra este momento de debilidad, ¿dónde están? Quiero verlos, es entonces cuando el amanecer viene y junto con el,  ángeles para ayudarme a combatir ese momento, esa batalla de sentimientos contrarios, pensaba que no llegarían nunca, pero si el productor de ese tipo de películas taquilleras lo permite, ¿cuánto más el escritor de mi vida me iba a dejar rendirme?

     Es hora de llevar el cuerpo de mamá al lugar donde se volverá  polvo, pero antes hay que despedirse, vestirla, sentir por última vez su cuerpo, su piel, solo que ya está muy fría. Es en serio, nunca pensaba que algo se saldría de control, ¿pero cual control?, ¿de mi control? Eso no estaba en mis manos, en cada momento difícil hice todo lo posible y dejaba que Dios se encargara de lo imposible y resultaba. Dios se encargará otra vez porque he visto que él es fiel. Vamos Dios, tenemos que despedir a mamá. --Adiós mamá, te veremos en el cielo con un cuerpo nuevo y una sonrisa incomparable.


Ángeles acompañaban ese momento con tromperas, cantando y aplaudiendo, los podía oír. Bienvenida a casa –decían a mamá--. Mientras Dios la tomaba de la mano, Tu propósito se ha cumplido, tu familia a través de esta gran prueba logró conocerme más,  un Dios realmente poderoso, a un Padre único, a un gran Amigo, a un Dios soberano. El cáncer que tuviste los acerco más a mí, ¡Uy! no sábes las noches cuando estabas en el hospital, eran momentos maravillosos que podíamos pasar  a solas lejos de las distracciones del mundo y charlábamos por largas horas tus hijos y yo. Médicos se asombraban de la Fe que me tienen. "Ay estos chamacos"—respondía mamá a su manera con una gran sonrisa. Ven hija mía, te contaré más mientras llegamos a tu morada y mientras los ángeles preparan tu gran coronación. No me imagino todo lo que hablaron de mi (jaja).
     Tengo los zapatos puestos, soy la protagonista, quizá seguiré cambiando de zapatos, unos más ligeros que otros, pero sé que si algún día a alguien le toquen usar los zapatos que ya use, podré decirle con toda confianza: ¡Tranquilo! No te desesperes, aunque estén pesados los zapatos sigue caminando da pasos de fe, ¡Avanza! , todo está bajo control. Claro, bajo el control de Dios.

     Les confieso que demoré mucho en escribir esto porque tardé en desatarme las agujetas de  los zapatos, pero me recuperaré, Dios me permite abrazar a mi mama en sueños, la veo feliz, la veo sana. Una ocasión una hermana de la iglesia me dijo: Hija pues tu oraste porque tu mami fuera sana pero no dijiste en donde, Dios la sano pero en el cielo. (jaja de haber sabido).
    Nadie te enseña a vivir las grandes pruebas de la vida, pero Dios te promete llevar el control de ello, deja que él lo maneje, él sabe cómo funciona.  La Palabra de Dios es inagotable, y el mundo que Dios creó contiene incontables tesoros que esperan ser descubiertos por ojos cristalinos en la búsqueda por el goso que exalta a Cristo.

      Sigue siendo dificil hasta ahora pensar que ya no está aquí, que no la vi en vejecer, que no vió a sus demás nietos, a mi futura familia, pero ella dejó una grandisima huella y un hermoso ejemplo para contar la grandesa de Cristo por generaciones. Aún recuerdo escucharla orar, ella decía que no sabía, pero cuando lo hacía sentía una dulzura en mi corazón tremenda... Woww aún lo siento dentro de mi. (ya no tengo lágrimas) .


¡Dios, saludame a mi mamita!

Termino con esto que me gusto mucho un fragmento de Pablo Gerhart que dice asi:
Deja al viento tus temores;
Pon en Jehová tu confianza.
Dios atiende tus dolores,
Y tu cabeza levanta.

A través de las tormentas,
Con amor, limpia tu vía.
Espera en Él, y esta noche,
Pronto será un hermoso día.

Más allá de lo que sueñas
Sus designios mostrará.
Cuando complete la obra
Que provocó tu pensar.

Deja a su soberanía
El decidir y ordenar,
Para que admirado veas
Cómo te guió en tu andar.



Mi hermosa mamá :'D



4 comentarios:

  1. Es muy hermoso lo que escribes :D
    Yo se que Dios te usa de gran manera en esta área
    Dios es tu fortaleza y tu castillo, el cada vez te sigue haciendo mas valiente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De una forma que aveces no lo logro entender pero si, Dios nos hace valientes a su manera que es buena y perfecta ;)

      Eliminar
  2. Siempre te he dicho que tienes talento,
    pero de verdad hoy me hiciste reflexionar.

    Baketona que Jah te fortalezca cada día que pase.

    Se te estima :D

    ResponderEliminar
  3. Gracias amigo, aunque no nos conocemos creeme que te considero un gran apoyo en mi vida... Bendiciones

    ResponderEliminar