jueves, 23 de septiembre de 2010

Mascara Espiritual

Domingo 9:00 de la mañana, día un poco nubloso Maribel estaba por cruzar la puerta de le Iglesia a la que asiste, tiene en su mente algunos problemas que le suscitaban en casa por la mañana antes de partir a la iglesia, saluda al servidor de la puerta que con alegría la recibe con alegría y con una sonrisa que reflejaba el gozo por el servicio que brindaba, comienza el servicio cotidiano de todos los domingos en donde  ella  se acomoda en unas tres filas delante de la ultima, levanta las manos y da gracias por las bendiciones que Dios le permitió adquirir a lo largo de la semana, comienza el cantico y con su boca comienza a entonar los canticos que ya se sabe de memoria, mira discretamente a su alrededor buscando a las personas con quien se lleva muy bien, cierra los ojos mientras sigue cantando, su mente se distrae de preguntas que le aquejan, comienza la ministración por parte del Espíritu Santo mas sin en cambio ella no siente nada y procura seguir cantando, finalmente ella aplaude y proclama voces de júbilo, saludo a unas cuantas personas a su alrededor bendiciéndoles, después de una hora termina la prédica en la que solo reflexionó  un poco entregó sus diezmos, ofrendas, oró y salío a encontrarse con sus amigos de la iglesia, platicó un rato y se marchó a casa.

Desafortunadamente  Maribel continuó haciendo lo mismo la siguiente semana, y la siguiente y la siguiente hasta entrar en un estado de monotonía.

Y mientras…¿Qué hacia Dios?

Dios la miró fijamente en todo el culto, el resto de la congregación se enfocaba en entrar a la presencia de Dios, mientras ella se distraía simulando estar en el mismo nivel que los otros, pero Dios sabe que no, él quería que lo experimentara una vez más, pero la notó fría en sus palabras en su clamor, en sus cantos repetitivos y fingidos, en la costumbre de levantar las manos y cerrar los ojos.

Las personas no podemos ver que hay detrás de los rostros de muchos hermanos que asisten a la iglesia puntuales los domingos por la mañana, quizá sean realies o quizá tengan una mascara sobrepuesta de devoción a Dios, y en el transcurso de la semana se la quitan pensando que nadie se da cuenta de su verdadero estado Espiritual.

Que absurdo pensar que podemos camuflajearnos en un montón de gente que adora a Dios, ya que tal vez nadie lo visualice, pero Dios sabe la situación.

Te invito a rendir cuentas a aquella persona que buscas los domingos en la iglesia, que agradable es no perdernos de todo lo que Dios puede hacer en un domingo diferente a los demás, es tiempo de que nos quitemos esa mascara y dejar de aparentar. Dios quiere que le amemos con el corazón no tan solo con las palabras, el conoce tus intenciones.

Btania
Jah bless

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